Melancolía como llamada al Ser de Luz

Mi querido amigo y amiga, si has leído mi artículo acerca del Ser Errante de Luz, sabrás que la melancolía es una de las manifestaciones como llamada al ser más pronunciadas en tu naturaleza. Hemos aprendido que conectar con la melancolía es conectar con el amor y con la fuente creadora más inspiradora que podemos encontrar los seres humanos. Ésta fuente nos permite expresar con la armonía del universo entero y las obras que se manifiestan de ahí son sin duda las obras más hermosas, embelesadoras y magnificas que podríamos contemplar, pero al mismo tiempo la melancolía es confundida y vivida con tristeza y por ello no se construye sobre ella sino que se pierde en el lamento de la limitada experiencia que estamos viviendo.

La melancolía es un camino divino que tiene el propósito de mantenerte unido a la verdad de lo que eres

Carolina Romero

3 pilares de melancolía

Cuando hacemos consciente éste camino tenemos la oportunidad de trascender la limitación y la impotencia y por ello tenemos también la responsabilidad de reconocernos en esa magnificencia creadora que emana de la fuente. Mi misión con éste artículo es que podamos resolver la forma en que recorremos éste camino manteniendo el equilibrio, para ello podemos reflexionar sobre la melancolía comprendiéndola desde tres pilares fundamentales:

  • La melancolía no es una emoción. Con el fin de poseer la esencia y darle un sentido racional, conceptualizamos descendiendo la divinidad a la categoría de emoción, sin embargo la pasión a la que se quieren referir y aquello que le puede acompañar finalmente no logra su fin, pues lo intangible e innombrable sirve para que quede evidencia de la existencia de lo intangible e innombrable. Querido amigo y amiga, espero que me estés comprendiendo. La pasión no está en el plano racional ni pertenece al plano emocional, sino que es el puente entre tu ser y lo que te han dicho que eres y solo la podemos contemplar como una llamada a salir de la ilusión más fuerte que cualquier programación, ya que, por muy racional que seas, nuestra conexión con esa fuente consigue mantenernos fieles a esa llamada, rompiendo nuestro cascarón. De alguna manera la melancolía tiene la función de rescatarte de lo que se ha creado acerca de ti para llevarte al origen y por lo tanto no la podemos calificar como una emoción sino más bien como una condición que solo sirve para medir.
  • La melancolía contiene la trampa de la dualidad. Siguiendo la figuración de melancolía como un camino o puente entre lo que eres y no eres, encontramos evidente que el camino une dos partes, por lo que te enfrenta con las dos verdades: la que buscas y la que no puedes encontrar. La verdad es que la llamada melancólica solo sirve para medir y sentir la contraposición de ambas partes del camino pero no resuelve porque a la verdad no podemos nombrarla ni clasificarla y hace que lo que no se puede señalar se sienta como pérdida. La verdad es que nos sentimos débiles en muchos aspectos y buscamos sentirnos plenos, por ello existe esa búsqueda apasionada que nos lleva hacia la verdad y que, sin embargo al mismo tiempo, también nos está separando de ella en la creencia de haber pedido algo. Mantener la fidelidad hacia la búsqueda, que es lo que ha hecho posible el despertar.
  • La melancolía sirve para trascender . La melancolía te lleva al profundo encuentro de ti mismo y por lo tanto no la puedes evitar, pero es una falta de autocuidado no atenderla y mantener el equilibro. La victimización del ser diferente y no comprendido y generar nuestra conciencia de ser desde ahí es una falta de responsabilidad de ti mismo porque eso esta fortaleciendo tu creencia de ser limitado asumiendo tu falta de poder llevándonos a la resignación y expresando desde ahí. Desde la melancolía se han creado las obras más maravillosas del ser humano, pero también las más horrendas por eso atender la llamada de tu melancolía es ir hacia el más profundo de los autoconocimientos y cuidado de ti mismo. Si recordamos la condición dual del camino, entonces debemos ser conscientes de que tenemos el poder de elegir y por lo tanto somos libres, pero la libertad no es otra cosa que responsabilidad y ahí es donde nos resulta mucho más fácil la resignación que la verdad.

La verdad sentida es la alegría y el éxtasis de ser pero nos lleva también a la verdad profunda que no queremos ver y es que no somos en realidad, dejándonos en el estado de pérdida del ser. Nuestra responsabilidad es encontrar el equilibrio y manteneros libres de poseer el concepto de lo que somos y trascender a la razón.

Querido amigo y amiga ¿estás sintiendo melancolía verdad? pero también puedes sentir la libertad ¿verdad?. Tu responsabilidad es elegir desde donde vivirla. NAMASTE.

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