El Despertar del Divino Femenino

¿Qué es el Divino Femenino?

El divino femenino es la energía creativa y generadora que poseen tanto mujeres como hombres, es algo así como una parte intrínseca al ser que nos permite manifestar, contener y desde ahí multiplicar y entregar al mundo nuestras expresiones.

Vivimos en una estructura triúna, todo se manifiesta usando esta principal estructura de tres partes, padre, madre e hijo o energía masculina, femenina y su creación y todo pertenece a un origen, a una fuente de energía desde donde se proyectan estas tres dimensiones y manifestaciones de una misma fuente, llámalo universo, Dios, energía primordial, domo desees.

Esta fuente primaria original, al querer experimentarse a si misma, se proyectó primero en dos energías intrínsecas pero opuestas y así se creó la división en sus dos polaridades necesarias y complementarias.  Es importante destacar que sin las dos energías no podemos producir ni crear, ambas son imprescindibles porque sin ellas no existe la fuente de energía y también es importante comprender que todos, tanto hombres como mujeres,  tenemos en nuestro sistema ambas polaridades y somos iguales a esa misma fuente creadora y divina.

Si queremos experimentar el equilibrio y la abundancia en nuestra vida es vital que trabajemos en nosotros mismos estas dos partes, es vitar obtener el equilibrio entre el masculino y el femenino. El divino femenino es el que tiene la responsabilidad de contener la
energía, de contener y multiplicar aquello que se gesta en su matriz y el masculino es la energía dadora, la que acciona y otorga esa acción dentro de esa matriz y juntos crean un gran tejido creativo necesario para la creación tanto en el macro- cosmos como en el micro-cosmos o vida personal de cada individuo.


El Divino femenino encarnado en la mujer

En nuestra realidad la polaridad femenina está manifestada como ser humano de género mujer y la polaridad masculina en el género hombre pero ambos sexos contienen en su dimensión espiritual ambas energías y, por lo tantos son seres completos en si mismos aunque no lo son en la dimensión física, a niveles reproductivos.

En la dimensión física es la mujer quien contiene la capacidad de crear en su matriz la vida y eso la hace totalmente diferente, no mejor, sino diferente a su opuesto masculino manifestado en hombre, quien entrega la semilla necesaria e imprescindible para co-crear juntos una realidad.

El hecho de que sea la mujer quien encarna a la energía divina femenina le otorga las mismas cualidades y por lo tanto su expresión es de contener, gestar, administrar y reproducir no solo a otro ser humano, sino que estas cualidades se expresan en todas su áreas de vida con la búsqueda de la armonía, la capacidad de amar incondicionalmente y buscar la seguridad para su matriz.

El equilibro masculino/ femenino

Actualmente es la mujer quien de manera activa está buscando este equilibrio y podemos observarlo cada día con el movimiento feminista que busca la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres. La mayoría de las mujeres sabemos que hombres y mujeres somos totalmente diferentes en nuestra psique, emociones y por su puesto a nivel físico pero aún tenemos que lidiar con algunas mentes negacionistas que nos acusan de intentar crear una supremacía de la mujer por encima del hombre y no es así, el feminismo es un movimiento que promueva la igualdad. ¡No se queden en lo superficial!

Aunque hay algo importante que comprender y es que, si verdaderamente queremos lograr la igualdad, no debemos luchar ni despreciar ni separar y lamentablemente el dolor guardado por tantos milenios a veces nos cubre la visión y enturbia la verdadera esencia de la unión. Negar que somos equipo, decir aquello que – Yo no necesito un hombre en mi vida, yo puedo con todo nos aleja mucho de esa unión que es el verdadero propósito de nuestra llamada como mujeres a participar en traer conciencia al mundo de que somos iguales, opuestos pero idénticos en derechos y oportunidades. Esta es en si la filosofía feminista, pero muchos la malinterpretan llevando esta igualdad a la polaridad de nuevo, que supondría la supremacía de un género por encima del otro como viene siendo la filosofía patriarcal, nada que ver con el feminismo por cierto.


El declive del patriarcado

El patriarcado, entendido como la cosificación de mujeres e hijos para fines puramente materiales, tiene su origen desde el estado arcaico, incluso ya en las sociedades mesopotámicas las mujeres e hijos eran vendidos como intercambio. Más o menos, con el auge de la agricultura y la ganadería se establecen sistemas jerárquicos en los que, cuanto más tienes más vales y para tener más necesitabas mano de obra y la mano de obra es, sin duda, tu descendencia.

Así las mujeres con su sexualidad y capacidad reproductora así como sus hijos con su vulnerabilidad y potencial obrero se convierten en cosas y cuantas más cosas de esas tengas (mano de obra), mayor será tu producción. Así es como el hombre se apropió de la DIOSA MADRE y de la FERTILIDAD utilizando su contenedor manifestado (la mujer) para formar parte de una necesidad de poder competitivo de los hombres que se han permitido usar el cuerpo de la mujer, incluso otorgándose el derecho de tener esposas suplentes para garantizar su continuidad en el poder que tenían que demostrar ante otros hombres, pura competencia.

Creo que el hombre fue usado por su capacidad de acción que es la esencia de energía masculina, también divina por cierto, creo que el hombre es también una víctima del patriarcado sin duda pues son los que aún hoy en día no se permiten amar y siguen relegando su felicidad y su derecho a una vida plena por una mala entendida obligación de mantener una vida segura que sólo se consigue demostrando poder ante otros hombres que son los que le van a facilitar beneficios bien sean económicos, materiales o sexuales y así es como se retroalimenta el sistema patriarcal. El hombre, que no puede expresar sus emociones así se convierte en un ser que debe usar el poder y la violencia para mantener su estatus y obtener el desahogo que necesita sin demostrar esa necesidad, un verdadero caos existencial.

Como mujeres somos capaces de contener al hombre y su dolor, somos capaces de amarles pero no podemos sostener su supremacía violenta más tiempo. ¡Ojalá se unan a la liberación porque solo así podremos avanzar hacia una vida mejor para todos, tanto para ellos como para ellas!.

La verdadera lucha por la igualdad

Pero no debemos fijarnos en el género o sexo del ser para indicar su condición parasitaria sino más bien a aquellos que desean controlar al pueblo, al pensamiento colectivo y su comportamiento. Desde tiempos que ni siquiera podemos datar, existen estructuras de poder que mantienen y obtienen su estatus gracias al CAOS entre hombres y mujeres, necesitan controlar creando la separación, creando la división de las energías opuestas pero complementarias. ¿Será quizá porque juntos tenemos el poder divino universal? Para tener el control sin duda debes atacar a la fuente.

La verdad es que intervenir a la mujer, a la matriz creadora, es muy inteligente porque así garantizan el nacimiento de un hijo esclavo y atrofiado, así garantizan la reproducción controlada de lo que se necesita para su continuidad en el poder y, en su adoctrinamiento, también era imprescindible domesticar y moldear psicológicamente a las mujeres para que contribuyan sin rechistar. Evitar su educación y preparación, apartarlas de toda posibilidad de pensar y valerse por si mismas, negarles la opción de sobrevivir sin el hombre, ni ellas ni sus hijos. Hombre, si estás leyendo esto ¿imaginas lo que se puede sentir?

La mujer ha sido adoctrinada para continuar en la protección de la supremacía del hombre incluso creándose la rivalidad y competencia entre ellas ¿Será que juntas podemos llegar a crear un verdadero cambio? Sin duda, somos la mitad de la población. En mi vida he experimentado que si, que una unión de mujeres garantiza la evolución emocional y psicológica de la mujer e incluso diría de la humanidad y así lo estamos demostrando.

Entonces la esclavitud de la mujer data de la época post-diluviana cuando aparecieron las primeras sociedades jerarquizadas, por lo tanto controladas, que sepamos 3.500 años AC, aunque muchos datan al diluvio universal en 7.500 años AC de antigüedad, lo que pasa es que durante todos estos milenios de sometimiento la mujer ha podido desarrollar unas tremendas cualidades tanto psíquicas como emocionales que hacen a este un género muy resistente y ahora indomable en nuestra unión por la búsqueda de la igualdad.

Aún nos queda un recorrido por hacer, no olvidemos que tenemos que encontrar el equilibrio y no es en la lucha, no es en la negación de la ayuda masculina, no es en competir con ellos sino en colaborar, en propiciar la cooperación y construir juntos. El hombre y la mujer juntos pueden crear lo que que quieran, no sólo hijos, ellos juntos pueden manifestar un verdadero cambio y nacimiento en la sociedad, pueden dar luz a proyectos y nuevas mentalidades en un breve espacio de tiempo y sólo uniendo fuerzas podemos lograr transformar a un sistema enfermo que beneficia a unos pocos a costa del sacrificio de la mayoría. La semilla se produce en la matriz y la matriz no puede crear sin la semilla. Es así.

El divino femenino debe ser liberado, no del hombre, sino del sistema de control de la humanidad que ha podido perdurar todo este tiempo cosificando al hombre y cosificando a la mujer.

Unidos en igualdad de derechos y con un profundo respeto por cada esencia, nada más que eso, unidos en AMOR.

 

 

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